
Esmoquin blanco
Detrás del perfume
Un recuerdo en tonos sepia, congelado en el tiempo. Estoy erguido y orgulloso en una iglesia católica, vestido con un esmoquin blanco impecable. Un momento de inocencia, confianza y elegancia tranquila. Esa imagen se quedó conmigo y se convirtió en el corazón de White Tuxedo.
Esta fragancia lleva esa misma sensación de aplomo y nostalgia. Notas frescas y limpias reflejan la tela blanca prístina, mientras que los tonos cálidos añaden profundidad y un misterio silencioso. Un toque de especias suaves y maderas suaves perdura, creando un equilibrio entre la sofisticación y la accesibilidad. Hay una dulzura sutil, un guiño a la infancia, pero una sofisticación innegable que la hace atemporal.
Marcus Elizabeth
Fundador